NOVENO ENCUENTRO JALEO 23: RESISTIR Y AGRADECER

Acaba el noveno encuentro de las jornadas JALEO 23

Terminó JALEO 23, terminaron las jornadas de animación a la lectura, escritura y observación; el noveno encuentro, y, como siempre, se quedan cortas las palabras. Es cierto que hay un misterio, invariable, ya inherente a JALEO. Una paradoja “jaleística” que se repite cada año. Siempre, cada año, siempre, siempre, se escucha, decimos, se escribe: “este ha sido el mejor”, “el más emocionante”, “el más bello”, “lo de este año no había pasado nunca”.

Yo me pregunto… ¿Es posible que cada año sea “el mejor, más bello y más emocionante”, el más redondo y pensado, ese en el que “se superan todas las expectativas” (SIC).

Pues parece que en JALEO sí, cada año sucede. Y siempre es “mejor que el anterior”. Esos misterios de las cosas de leer y el amor por los libros, el arte y la cultura. Y esto queda registrado en la retina de quien se acerca cada año a estas jornadas de animación a la lectura, escritura y observación como si fuese la primera vez, con las manos abiertas y esperando recoger la siembra de todo el trabajo realizado durante el año.

Siempre JALEO, siempre, nunca acaban nuestras jornadas

Ha terminado el noveno encuentro de las jornadas JALEO 23 y desde el minuto cero, con la presencia del filólogo y lingüista Evelio Cabrejo (desde París) y Yoshi (desde Japón-Barcelona), hasta esa foto final ya con la mayoría de gente que había salido corriendo porque llegaba tarde al tren, todo, sin desperdicio, ha sido maravilloso.

Agradecemos la intensidad de los mensajes, los ánimos, las ideas, del aguante estoico a pesar del calor ese: “cada día que pasaba tenía el cuerpo más agotado y la mente más despierta y con ganas de más”, creo que define, tal cual, lo que ha sido este JALEO.

Bailar, llorar, pensar, discutir, soplar velas, abrazar, resistir y… agradecer.

Nos habéis pedido, aquí y allá, un par de conferencias para leerlas con calma, estamos en ello y vamos a ver cuál es la mejor fórmula. De momento os invitamos a seguir repensando nuestro lugar en el mundo y nuestra mirada hacia la infancia.

Y os emplazamos a recordar y fijar las palabras de quienes han transitado los pasillos de JALEO estos días: Evelio Cabrejo y sus palabras que establecen la memoria en la caricia, los cuentos de Yoshi, las ilustraciones de Andrea Antinori, Silvia García Esteban nombrando lo que se deja de nombrar, las bibliotecas y Cristina Novoa, María Acaso y su charla sobre la soberanía visual infantil, los cafés con la editora Arianna, Valeria Mari nos regaló la belleza con su editorial Claraboya, Amparo Pons nos habló de ese proyecto tan maravilloso en L´Etno que se llama Espanta la por!, Constanza Mekis desde Chile con la Fundación Palabra y la cantante Sheila Blanco dando voz a las poetas del 27 y regalándonos un poquito más de jaleo.

Hubo fiesta, hubo baile, hubo jolgorio del bueno. Imposible olvidar ese tiempo congelado donde únicamente importaba disfrutar y compartir junto a los Titiriteros de Binéfar.

Soplamos y celebramos Jaleo23

De momento, os dejo un poema que formó parte de mi conferencia en JALEO 23 jornadas de animación a la lectura escritura y observación en su noveno encuentro, de Ángela Figuera Aymerich, publicado en 1952.

 

Si un niño agoniza, poco a poco, en silencio,

con el vientre abombado y la cara de greda.

Si un bello adolescente se suicida una noche

tan sólo porque el alma le pesa demasiado.

Si una madre maldice soplando las cenizas.

Si un solado cansado se orina en una iglesia

a los pies de una Virgen degollada, sin Hijo.

Si un sabio halla la fórmula que aniquile de un golpe

dos millones de hombres del color elegido.

 

Si las hembras rehúyen el parir. Si los viejos

a hurtadillas codician guapos muchachos.

Si los lobos consiguen mantenerse robustos

consumiendo la sangre que la tierra no empapa.

 

Si la cárcel, si le miedo, si la tisis, si el hambre.

Es terrible, terrible. Pero, qué he de hacerle?

Yo no tengo la culpa. Ni tú amigo, tampoco.

Somos gentes honradas. Hasta vamos a misa.

Trabajamos. Dormimos. Y así vamos tirando.

Además, ya es sabido. Dios dispone las cosas.

Y nos vamos al cine. O a tomar un tranvía.

 

 

JALEO, 9 años resistiendo, 9 años agradeciendo.

 

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