Seguimos con la Poesía Infantil. Tal y como prometí en “5 preguntas sobre poesía infantil y 5 libros recomendados“. Vamos a hacer un recorrido poético por las distintas edades y etapas. Qué poesía puede acompañarnos. Empezamos con la poesía infantil y los bebés, dos de mis cosas preferidas.
NACER A LA POESÍA
Comencemos por el principio: nacer. Cuando un bebé llega al mundo es una cajita llena de maravillas. Trae consigo una lista interminable de milagros que va dejando entrever, que van apareciendo y sorprendiéndonos a medida que avanzan los meses.
Toda novedad se convierte en una celebración. Una algarabía tras otra, a medida que la cajita se abre y el bebé comienza a relacionarse, poco a poco, con el mundo. Todos los días son una fiesta: sonríe, nos mira, se duerme ahíto, o cuando intenta agarrarnos con sus manitas…
Casi lo primero que hacemos a nuestros bebés es calmarlos con una nana, susurrando los versos que nos acunaron a nosotras. Damos el refugio de la palabra, la poesía, como el bien más preciado que podemos ofrecerles.
Nacer, por tanto, es también nacer a la poesía.
La nana y la rima
- Nanas: Para acunar y proteger, calmar y cuidar. Son los versos que dan la bienvenida. La voz que teje la calma, esa voz que canta el primer poema. Las nanas abrazan y mecen, son el regazo de todas las palabras. El amor hecho canción. La poesía cantada, la nana, debería acompañarnos incluso antes de nacer.
- Arrullos y juegos: Les abrimos la puerta del afecto y del lenguaje con poesía. El cuerpo, todas sus partes son nombradas con una canciocilla, con un juego, desde los “cinco lobitos” al “trote”, los arrullos y los juegos de falda sirven al bebé para saberse, para reconocerse.
- Rimas, encadenados, cuentos y cancioncillas: Comienzan a caminar necesitan que las palabras también caminen con ellos. La aventura de recorrer el mundo ha de ser acompañada por rimas, retahílas y cuentos rimados. También comienzan a situarse en el tiempo, el ritmo y la musicalidad de estos poemas les ayudan en una de las tareas más complejas.
Se interesan por las series sencillas, contar del uno al tres, contar del uno al cinco… Contar, como rimar, es algo que sucede dentro de lo controlable.
Otra vez, otra vez… Hay una necesidad de situarse en el tiempo, de situarse en el mundo, precisa de un espacio seguro. Ese espacio seguro es la voz y el juego cuando se pueden contar y cantar.
Porque los bebés y la poesía infantil, la infancia y la poesía, no pueden vivir separadamente.
Si falla la memoria: libros, libros
Si en tu repertorio de memoria poética no hay canciones de cuna ni juegos de falda: no te preocupes, hay muchos libros que pueden ayudarte. De hecho, también es una oportunidad maravillosa de ofrecer el libro de cartón, a prueba de bebés, que contenga rimas sencillas, juegos de palabras, cancioncillas.
Muchas editoriales que hacen libros para esta franja de edad. Libros que tienen en cuenta la necesidad de la rima y la musicalidad en estas edades.
Colecciones que recuperan canciones tradicionales, como algunos de los libros de la colección “Pikinini” de Ekaré. O los poegramas de Antonio Rubio en su colección “De la cuna a la luna”. La editorial FCE en México o Amanuta en Chile. O algunas de las colecciones de Combel serían algunas de las muchas posibilidades.
Construir el futuro: todo lo que seremos
Nos acercamos al bebé, lo miramos, le hablamos, los acariciamos y jugamos. Muy cerca, para que nos vea bien. Recitamos las retahílas y los juegos de falda. Cada parte del cuerpo tiene su rito, su poema. Así aprende quién es, que es un ser independiente a esa personas que observa.
Ofrecemos su individualidad. Mientras acariciamos su manos, su cara y le cantamos o jugamos, le estamos diciendo que existe, que es importante.
Lo vamos bañando en palabras y gestos, tocando su cuerpo y nombrándolo. De este modo les damos su lugar en el mundo, a través de nuestra voz, el afecto, el tacto. Y de nuestra atención y presencia.
Dicen que durante los 3 primeros años de vida se construye (o destruye) lo más importante. Ahí sucede todo lo que seremos después. La capacidad de generar vínculos estables, de amar. O la relación con el lenguaje y el pensamiento.
Pero también las carencias y las posibilidades de estabilidad. Y la alegría o la falta de ella. Aquí quedará forjando nuestro inconsciente y también los cimientos de nuestra mente y nuestra relación con el mundo.
Seamos conscientes de ello.
Llenemos abundantemente el zurrón de las palabras. No olvidemos que el lenguaje es el pensamiento, que pensamos con palabras. Abramos con ellas la fuente del afecto y la alegría.
Construyamos los cimientos firmes y poderosos de nuestros bebés. Ofrezcamos la palabra, la poesía. Pensando no solamente en su fragilidad sino en todas las posibilidades de lo que pueden llegar a ser. No pongamos límites a lo que no ha de tenerlos.
DE LA NANA AL CUENTO
Por mi parte, como decía al principio, los bebés y la poesía infantil son dos de mis cosas preferidas. Me encanta contarles y escribir para ellos. Son, sin duda, el público más exigente. Tengo la suerte de poder trabajar, mucho, con bebés, AQUÍ podéis ver un poquito de mi trabajo con esas edades.
La colección LA CEREZA, basada en juegos de falda y con un código QR con la canción para descargar. Nicolasa, ¿y tu casa? El Libro Rojo y El Libro Azul, de Cocolor. O “Hola, mañana”, son mis libros especialmente pensados para esta franja de edad. Todos rimados, claro. AQUÍ tenéis todos mis libros de 0-3.
Y toda mi experiencia y mis reflexiones quedan resumidas en ese título “DE LA NANA AL CUENTO“. Es el título del curso sobre primeras literaturas. Abarca tanto mi experiencia con bebés, como poeta que escribe (y testa) libros compartidos con bebés, por su puesto, los años de investigación, reflexión y lectura.
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