En el campo de la antropología encontramos muchos estudios sobre la infancia, relacionados con la salud, la psicología, la educación, desigualdad… pero no existen demasiados estudios en los que se analice la infancia desde la perspectiva del sujeto. Cuando en un trabajo antropológico se analiza un grupo, tomando en cuenta lo que dicen, lo que cuentan, lo que hablan… hablamos de una visión emic, este aspecto se encuentra escasamente en las investigaciones y trabajos antropológicos. Parte de esta carencia ha sido consecuencia de que las niñas y niños no han sido vistos como sujetos sociales, más bien, como algo universal de una sola cultura humana, sin tener en cuenta el sistema cultural en el que se desarrolla, ni lo que dice, cuenta o piensa. Afortunadamente cada vez existe más acuerdo sobre cómo entender la infancia desde una visión emic, como un sujeto que forma parte de la construcción social, desde la diversidad, desde la cultura donde se desarrolla y su contexto, que participan activamente en la sociedad y el espacio donde crean su realidad.
Por eso es importante escuchar a la infancia y que tengan un espacio donde poder expresarse. En el caso del Colegio 8 de Març en Valencia, este espacio es el aula de 5º de Primaria, donde un día, buscando los libros y un encuentro con la autora, cayó en manos de su profesor un libro de cuentos, Cuentos como nunca los hemos contado, de Mar Benegas, ilustrado por Feliza G. Bosetti. Este libro contiene 16 cuentos, con una reflexión final para personas adultas y algunas preguntas “posibles e imposibles” para compartir con las niñas y niños.
Ciro, el maestro, vio una oportunidad y como él mismo dice, “la riqueza de un trabajo” para comentar los cuentos en el aula y fomentar el diálogo en la asignatura de Valores, pero que después se añadió a la asignatura de Lengua, lo que no sabía, era lo que esto iba a provocar en los niños y niñas de su clase. La clase de lengua ha sido el lugar donde estas tertulias, que surgieron como algo puntual, se han ido prolongando en el tiempo desde que recibieron el libro regalado por el AMPA. Sentados en sus mesas, juntas y en semicírculo, comentan el cuento que han elegido. Sin embargo, lo que más ha despertado su interés no han sido las preguntas para niñas y niños, sino las reflexiones para adultos al final de cada cuento.
El mensaje que acompaña a cada cuento no sólo ha provocado el diálogo, ha sido una vía para poder expresarse. Hablan sobre emociones, el egoísmo, el miedo, la muerte, el deseo, la amistad, el amor… la lectura abre un espacio de comunicación y debate, moderado por una voluntaria o voluntario y animados por el profesor, “podéis decir lo que de verdad sentís”.
Uno de los cuentos que eligieron la mayoría del grupo en una de las sesiones fue El nido del Pájaro Bobo, una historia que habla de la burla, sobre cómo juzgamos al diferente, sobre compartir y la empatía. En esta historia, todos los animales se burlan del Pájaro Bobo, pero no por eso, deja de ayudar a los demás.
Algunos pequeños fragmentos de los diálogos, después de leer el cuento.
(los nombres son ficticios)
- José y Sergio tienen razón en eso de…
La interrumpe el moderador
- No, para ti, José y Sergio tienen razón, para ti.
- Es que, empiezan a decir cosas, que, aunque son mentira, te lo dicen todos los días y al final te lo acabas creyendo.
- Sí, yo también a veces me aprovecho y me burlo de mi hermano, pero luego me siento bastante mal.
Respuesta:
- ¿Cómo crees que se siente él?
La familia, los hermanos y hermanas, padres y madres, fueron temas muy comentados, en un espacio donde no se sienten juzgados y pueden hablar con libertad, la burla hacia los hermanos, el desacuerdo, la culpa y la injusticia que sienten cuando los padres les acusan, pero no tienen razón.
- A ver, yo creo, que, en esta clase, pues sí, alguna vez nos hemos burlado de alguien, es entre amigos, pero que igual puede sentar mal. Bueno, una vez hubo un tema sobre Laura…
Lo interrumpe una niña.
- Eso, si quiere Laura, ya lo contará ella.
[…]
- Yo creo, que todos nos hemos aprovechado de alguien alguna vez.
- Pues a mí, muy justo no me parece, que se burlen de él y luego les salve la vida a todos.
- A mí, una vez, hace tiempo, se burlaron de mi color de piel, no es justo, pero ahora somos amigas, aunque me acuerdo…
Esto es sólo un pequeño fragmento de un largo diálogo, pero esta historia provocó muchas emociones sobre el tema de los insultos, las burlas y las agresiones, testimonios de las niñas y niños que se habían sentido alguna vez agredidos física, verbalmente o cuando lo habían hecho ellos. Cada cuento les sugiere diferentes opiniones y puntos de vista, esta diversidad se manifiesta en las diferentes reacciones emocionales, que, como teselas, van creando su narrativa propia, su espacio de transmisión y de aprendizaje en el aula.
A pesar de que no pude asistir a más tertulias, creo que se necesitaría profundizar más en estas formas de expresión, en el género discursivo de carácter oral, de escucha y de diálogo con la infancia, una infancia cada vez más atenta a las pantallas que encuentran una vía de escape en estos espacios donde se expresan y escuchan a través de la literatura. Escuchar que nos cuenten el cuento, pero como nunca nos lo han contado.
Amparo Benegas.
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