En estos tiempos donde nos invaden conflictos, dudas e incertidumbres, celebrar la poesía es más necesario que nunca. La poesía es integradora, reivindica, se canta, se recita, se repite… a las niñas y niños les ayuda a identificarse, a desarrollar el lenguaje, es juego y es creación. Lenguas que se conservan gracias a la poesía, junto a expresiones y saberes olvidados, reconectar con nuestra cultura y con las otras.
Así lo expresaba Isabel Escudero:
La poesía, ya desde hace mucho tiempo, está alejada de la música y del canto. Se ha relegado a la escritura, a la literatura, se la ha destinado al libro, a la mudez y a la intimidad, siendo, en cambio, como fue su verdadero origen y naturaleza más honda, viva voz: lenguaje vivo sometido a ritmo y métrica precisos. La poesía originaria estaba ligada indisolublemente al canto y al recitado, al uso oral, público y popular, durante siglos en las más variadas culturas y en las tradiciones más diversas. (Conferencia publicada en el libro VOCES EN EL MUSEO II, Ed. Asociación Qultura, JUNTA DE ANDALUCÍA, 2010)
Los juegos poéticos, patrimonio inmaterial de la literatura popular que seguimos transmitiendo y reelaborando, que las niñas y niños, en esa cotidianidad que nombraba Zambrano, continúan riendo, jugando y asombrándose en una calle, una plaza, en el agua, el tacto, la mirada… jugando con las rimas, tan importante para ejercitar su memoria, porque han sido creados con unas características que facilitan el juego y la memorización.
La poesía es sanadora:
“Los ojos que abre la infancia son dos ventanas. Por eso, ser la voz del poema es habitar la casa de la infancia. La casa de la infancia siempre debe estar habitada. Palabras que sanen y versos que canten. Porque en cada habitación se va forjando un recuerdo. Y se puede escuchar el trino de los pájaros. Y cada recuerdo sujeta las ramas de los árboles, hace volar las estaciones o enciende el sol y las estrellas. Y los versos son lugares. Lugares que se construyen con palabras y que serán habitados, más tarde, por esos recuerdos”. (Versos como una casa, Mar Benegas)
Dice la lluvia al caer.
– Vengo y soy como el amor,
si toco la tierra seca la convierto en una flor
Dice la lluvia al caer.
-Vengo y soy como el dolor,
si trueno y caigo enfadada
anego tu corazón.
Dice la lluvia al caer.
-Vengo y soy como yo soy,
a veces llamo a la vida,
a veces llamo al dolor.
(Versos como una casa, Mar Benegas. Ilustraciones Francisca Yáñez)
A través de la poesía vemos lo extraordinario en lo cotidiano durante la infancia, la etapa más propensa a la creatividad y la fantasía.
Es una válvula de escape para la infancia, tiene esa capacidad subversiva en lo poético (Mar Benegas)
y es ella, la palabra
la que rige este mundo imaginado,
anidando como un pájaro de hojas
es ella la que nos salva
cuando escribimos con tiza
Por las calles de los pueblos
(Mar Benegas, Niña Pluma niña nadie)
La poesía ayuda a calmar el odio
Si un hombre leyera poesía y le llegara al corazón, no tendría odios políticos, por ejemplo. La poesía puede deshacer el odio del corazón. (Gloria Fuertes)
La poesía siempre es motivo de celebración. Tiene el poder de enseñarnos la belleza, de llevarnos a la reflexión y al dialogo, a la expresión lingüística y la introspección.
¡Tenemos mucho que celebrar!
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Para qué sirve la poesía. Entrevista Mar Benegas (Cadena ser)
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